lunes, 7 de octubre de 2013

Selam: la niña austrolopitecina de más de tres millones de años

Cristhian Manuel Gómez Solano
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
cris16ar@gmail.com

Resumen: Las investigaciones paleoantropológicas que se han venido realizando, han hecho posible una mejor comprensión de la evolución humana. Un gran aporte ha sido, sin duda, el descubrimiento de un austrolopithecus afarensis infantil en la región de Dikika por parte de un grupo de científicos encabezados por el doctor Zerenesay Alemseged. Partiendo de que son los restos más completos hallados hasta el momento, al menos de un homínido infantil, han permitido vislumbrar muchas características de los austrolopithecus afarensis y específicamente el proceso de bipedismo, sea este parcial o total, además de las características primitivas correspondientes a la anatomía moderna del ser humano.

Palabras clave: Paleoantropología, austrolopithecus afarensis, hominización, homínido.


Abstract: Paleoanthropological investigations that have been done; have led to better understanding of human evolution. A great contribution was undoubtedly the discovery of a child afarensis austrolopithecus Dikika region, by a group of scientists led by Dr. Zerenesay Alemseged, how were the remains and the specific characteristics of these are in really interesting. Given that more complete remains are found so far, have allowed many features glimpses austrolopithecus afarensis, specifically the process of bipedalism, be it partial or total, and primitive features corresponding to the modern human anatomy.

Keywords: Paleoanthropology, austrolopithecus afarensis, humanization, hominid.

Reconstrucción hecha por la National Geographic [1]

Cráneo de Selam, sujetada por su descubridor
Zeresenay Alemseged

1.- ¿Quién es “Selam”?
Hasta ahora se conocía la existencia del austrolopithecus afarensis por los famosos restos de “Lucy” hallados en 1974, y que en su momento fueron denominados los restos de la “abuela de la humanidad”. Tal vez sea por eso que, cuando hallado este esqueleto de austrolopithecus afarensis infantil, se le bautizó como “la hija de Lucy” a pesar de que los restos de Lucy son más recientes, al menos cien mil años posteriores. Sin embargo esta no es la única denominación que ha tenido estos restos, los investigadores apenas descubrieron a este austrolopithecus afarensis le pusieron el nombre de “Selam”, que significa paz. También se le llama “la niña de Dikika”, por ser este último el lugar en donde se encontraron los restos, además que fue propuesto por su descubridor Zeresenay Alemseged [2]. 

Selam, como ya se dijo, es un austrolopithecus afarensis de la tribu “Hominini”, la misma de nuestro género. Vendría a ser la transición entre la parte más antigua de nuestra historia evolutiva: el Ardipithecus ramidus y el Género homo. Una característica de los afarensis es su bipedismo o bipedismo parcial para otros, su capacidad craneana sería de 375 a 550 centímetros cúbicos. Los afarensis habrían vivido entre 3.9 y 3 M.A y lo hicieron en las mismas áreas geográficas en las que se han encontrado los restos de los australopithecus anamensis, tanto en Etiopía como en Kenya.   


El resto conocido como Selam fue encontrado en diciembre del año 2000 cuando los paleoantropólogos hallaron dichos restos en un grueso y compacto estrato de arenisca. Estudios posteriores le dieron una antigüedad de tres millones trescientos mil años (3.3 M.A). A pesar de que se encontraron los restos en el mencionado año, estos se dieron a conocer el año 2006 debido a las complicadas circunstancias del descubrimiento como lo explica Zeresenay Alemseged:

“Cuando encontramos el fósil, la cara estaba sólo parcialmente expuesta, y la mayoría de las otras partes del cuerpo - incluyendo las clavículas, los omóplatos, al menos 10 vértebras y las costillas estaban cubiertos por esta piedra arenisca dura y muy compacta. La limpieza que llevó más de cinco años. Y También fuimos cuatro temporadas de trabajo de campo sucesivos, pasando dos meses al año en ese lugar - con más gente - para recuperar más del esqueleto. El resultado es lo que hoy es el Australopithecus afarensis juvenil temprana y más completo jamás encontrado.” [3]

Selam es un esqueleto parcial juvenil y bien conservado de Australopithecus afarensis. El cráneo de la niña, de aproximadamente tres años de edad, nos muestra que la mayoría de las  características en las especies son evidentes incluso en esta etapa temprana de desarrollo. El hallazgo incluye muchos elementos esqueléticos desconocidos del registro homínido del Plioceno, incluyendo un hueso hioides que tiene un mono africano. El pie proporciona una clara evidencia de la locomoción bípeda, pero la austrolopetecina tiene escápula  larga y curvadas falanges manuales; lo que plantea nuevas preguntas sobre la importancia del comportamiento arbóreo en la locomoción del Austrolopithecus afarensis. Se sabe además que la capacidad craneana de Selam es de 330 centímetros cúbicos, esto nos demuestra un crecimiento más prolongado [4]. En capítulos más adelante se hablará sobre el debate existente acerca de estas características físicas y su aporte a la paleoantropología.

Al parecer Selam murió víctima de una inundación. Su cadáver pudo haber sido arrastrado por una crecida de aguas y fue depositado a orillas de un lago cercano al actual río Awash; allí fue cubierto rápidamente por sedimentos. Fue esto, justamente, lo que contribuyó enormemente a  que sus restos perduraran por tres millones trescientos mil años [5].

 Descripción física:
El  hallazgo nos presenta a un individuo joven. Se recuperó el cráneo y numerosos elementos del esqueleto axial articulado en un bloque de matriz de arenisca y adicionales partes post craneales se encontraron por separado. En cuanto se recuperó, el cráneo carecía de la cobertura matriz a excepción del tercio medio facial, hueso temporal y la base del cráneo; pero la mayor parte del post cráneo fue cubierto por la matriz.

El cráneo está intacto, a excepción de partes de la escama frontal y una parte significativa de los dos parietales que se han separado. La parte posterior de la cabeza es ligeramente distorsionada, empujando a la región de la nuca hacia adelante. La mandíbula es completa y todavía está en articulación con el cráneo, pero se ha deslizado hacia delante por unos pocos milímetros; así como las regiones supra orbitales nasales en la misma dirección. Todos los dientes de leche se conservan, a excepción del incisivo inferior izquierdo. El hueso hioides se conserva debajo de la boca.

Los elementos post craneales articulados en la piedra arenisca incluyen ambas escápulas y clavículas, las vértebras cervicales y torácicas, las dos primeras vértebras lumbares y muchas costillas. Estos elementos son desplazados desde sus posiciones anatómicas originales y se comprimen superiormente debajo de la base craneal y el paladar.

Los elementos de las extremidades se recuperaron por separado; estos consisten en un fragmento distal del húmero derecho, una parte de la mano que contiene falanges proximales, intermedias y distales junto con la falange proximal de un radio adyacente. Fémures y tibias proximales incluyen porciones significativas de sus ejes, de los cuales aproximadamente dos tercios se conserva y ambas rótulas están presentes. Los extremos distales de la tibia izquierda y peroné, incluyendo sus epífisis no fusionadas, todavía se articulan con la parte del pie. El pie carece de algunas de sus falanges y los más distales extremos de los metatarsianos [6].

2.- La región del hallazgo
Los restos de Selam fueron hallados en la región llamada Dikika, justo al otro lado del río Awash - en el gran valle del Rift - donde también fueron hallados los restos de Lucy [7] así como fósiles de otros homínidos. Cuando Zerenesay Alemseged comenzó sus estudios en esa zona encontró restos de animales como elefantes, hipopótamos, rinocerontes y antílopes; para después recién un 10 de diciembre del 2000 lograse encontrar el tan famoso resto.

El Proyecto de Investigación Dikika llevó a cabo estudios y excavaciones en las tierras baldías que exponen la era del Plioceno y sedimentos del Pleistoceno al sur del río Awash en Etiopía; entre las localidades de los alrededores se encontraron homínidos en Hadar, Gona y la región de Awash Medio.

El área del proyecto de Investigación Dikika se encontraba al suroeste de la discontinuidad Tendaho-Goba'ad, la cual separa dos regímenes tectónicos: el sureste de propagación etíope, Sistema del Rift, y el noreste de propagación del sistema Rift del Mar Rojo. Debido a que el área del proyecto de investigación expone la totalidad de la Formación Hadar (3.8-2.9 millones de años de antigüedad) y la Formación Busídima (2,7-0.6 millones de años), las  observaciones de la estructura local y estratigrafía permite la reconstrucción de la escala de la cuenca tectónica e historia deposicional [8]; es decir, mediante estos estudios se pudo fechar la antigüedad de los restos. Cabe destacar que en base de estos estudios se estableció que el ambiente en que habitó Selam era muy diferente al suelo desértico que se observa hoy, se habrían tratado de ambientes amplios y boscosos.

3. Importancia del hallazgo
Como ya se había dicho líneas arriba, el gran aporte de este hallazgo al estudio paleoantropológico y al conocimiento del desarrollo del hombre se debe a que se encontraron unos vestigios casi completos, o los más completos, con esa antigüedad. El otro gran aporte es que se trata del resto de un austrolopithecus infantil, siendo raros los hallazgos de estos puesto que suelen ser muy frágiles y por ende son de difícil conservación.

Los estudios realizados al esqueleto de Selam, específicamente tomografías computarizadas realizadas al cráneo de esta niña austrolopecina, nos muestran el desarrollo de sus dientes y el tamaño de su cerebro. Sus primeros molares permanentes no habían salido aún, por eso se calcula que el bebé tenía alrededor de tres años. El volumen de su cerebro era de 330 cc, con estas características el fósil ofrece indicios para pensar que quizá el desarrollo cerebral empezó a tomar más tiempo, lo que conllevó a que las crías humanas tuvieran que volverse más dependientes de sus progenitores. Este proceso desarrollado a lo largo de estos periodos de cambio hasta llegar al ser humano actual se denomina infancia.


El escáner de la tomografía computarizada revela que el foramen magnum- el orificio en el que se inserta la columna vertebral en el cráneo- está localizado en una posición mucho más anterior que en los simios de la misma edad dental, lo cual es un dato a favor de la locomoción bípeda como medio de desplazamiento terrestre. De cintura para abajo el esqueleto de Selam indica que su locomoción era bípeda, sin embargo de cintura para arriba conserva rasgos primitivos o ancestrales que sugiere que aún mantenía las habilidades para trepar a los árboles y desplazarse por ellos balanceándose por las ramas; esto es interpretado por la longitud y curvatura de las falanges de sus manos. En los Australopithecus afarensis los brazos y las proporciones corporales indican considerable potencia muscular, sus brazos son relativamente largos respecto a piernas. Con respecto a que de la cintura para abajo se parecían más a los humanos modernos, esto también se evidencia en las rodillas puesto que se encontró una rótula, aunque más pequeña que la nuestra. Sus pies ya habían cambiado para sostener el cuerpo así que ya no tenían el pulgar oponible en los pies - lo que les permite a muchos simios pequeños poder sostenerse de la madre- en cambio con Selam se ve este cambio que de seguro fue característica de los homínidos. Esta dependencia mayor de las crías hacia las madres, el hecho que tuvieran que cargarlos impedía de muchas cosas a la progenitora; lo cual habría producido un lazo mayor con las parejas e incluso la dependencia de grupos [9]. Serenesay Alemseged tiene su hipótesis acerca del origen del bipedismo, aunque no llega a completar totalmente esta hipótesis como lo podemos ver en este fragmento de su entrevista concedida a la periodista Kate Wong:


“Creo que, básicamente, se convirtieron en bípedos mientras vivían en un ambiente boscoso, cubierto. La sabana podría explicar dos cosas. En realidad, deberíamos decir pastizales, sabana, porque es un término más complicado. Pero el ambiente relativamente abierto estaba allí para ser juzgado - ya sea tarde con Homo, cuando era muy dominante, o sea antes, con los primeros homínidos. Los homínidos estaban experimentando con todo tipo de ambientes. Pero en algún momento tenían algunas preferencias. Es muy difícil de hacer, pero sólo si somos capaces de [identificar] sus preferencias podemos hablar de los mecanismos detrás de lo que haya desencadenado el bipedismo, lo que desencadenó megadoncia, lo que desencadenó la expansión del cerebro” [10].

La parte de la cintura para arriba, dan otras características denominadas “simiescas”. Los huesos de sus dedos están arqueados y eran tan largos como los de un chimpancé. Sus omoplatos eran parecidos a los de un gorila joven y tenían una forma que debió facilitarles trepar, esto parece coincidir con lo que se indica de los austrolopithecus afarensis, que caminaban sobre dos pies pero pasaban gran parte de sus vidas en los árboles; aunque esto todavía está en debate. 

La presencia del hueso hioides causó asombro, ya que este hueso delicado mantiene la lengua y la laringe en su posición. Probablemente desempeñe un papel importante en la producción del habla humana y podría ayudar a los investigadores a comprender mejor la construcción y la evolución del aparato fonador humano. La forma de este hueso no se conoce en profundidad en especies de homínidos extintos, es por ello la importancia de la presencia de este hueso en los restos encontrados, aunque los investigadores dicen que este hueso se parece más al hueso de otro tipo de primates; lo cual, a la vez, también causa otro debate con respecto a si se puede considerar como prueba de un antecedente del habla del humano moderno.    


4. Conclusiones
Sin duda este hallazgo ha sido una gran oportunidad para descubrir o al menos tener una mejor idea del  proceso de evolución humana. Especialmente ha servido para confirmar la teoría del bipedismo en austrolopithecus por la presencia de huesos del pie y de las piernas casi completos, también ha permitido que se originen nuevas hipótesis acerca del desarrollo biológico del ser humano en su proceso de aparición, específicamente en el caso de la formación de la infancia del humano actual. Otro tema relevante, sin duda, es la aparición de conjeturas a partir de este hueso hioides con respecto a la evolución del habla. El aporte de este resto no está limitado, puesto que los estudios que se hacen a partir de ellos son constantes y sin duda tendrán una mayor participación en adelante. 


5. Bibliografía

  • BIO MAX. Curiosos por las ciencias. Testigos del tiempo. Número 24. Pág. 1
  • González Martín A, Rascón Pérez J, Campo Martín M, Cambra-Moo O. (2012).  La evolución de “los niños”: algunas reflexiones sobre el registro fósil infantil en Paleoantropología. Cadernos do GEEvH
  • Jonathan G. Wynn, Zeresenay Alemseged, Rene Bobe, Denis Geraads, Denne Reed & Diana C. Roman (2006). Geological and palaeontological context of a Pliocene juvenile hominin at Dikika, Ethiopia. Nature.
  • Marmelada. C. A. (2006). Selam. La niña australopitecina de Dikika
  • Sloan, C. P. (2006). El hijo del eslabon perdido. National Geographic, Noviembre, 2 -13
  • Wong, Kate (2006). Lucy’s Baby. Entrevista a Zeresenay Alemseged
  • Zeresenay Alemseged, Fred Spoor, William H. Kimbel, Rene Bobe, Denis Geraads, Denne Reed y Jonathan G. Wynn (2006). A juvenile early hominin skeleton from Dikika, Ethiopia. Nature



[1] En NATIONAL GEOGRAPHIC en español. Noviembre de 2006. Vol. 19
[2] Wong, Kate(2006). Lucy’s Baby. En scientificamerican.com
 http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=finding-lucys-baby-qa-wit
[3] Ibíd. Pág. 1
[4] Así se explica tras una comparación con el cerebro de un chimpancé, el de Selam y el de un humano. Se diría que ya el austrolopithecus afarensis empezaba a tardar en su desarrollo, es decir ya poseía una etapa que se podría denominar infancia, aunque bastante corta, el resultado sería el largo proceso de desarrollo del humano actual. En NATIONAL GEOGRAPHIC en español. Noviembre de 2006. Vol. 19, pág. 13
[5] En  BIO MAX. Curiosos por las ciencias. Testigos del tiempo. Número 24. Pág. 1
[6] Zeresenay Alemseged, Fred Spoor, William H. Kimbel, Rene Bobe, Denis Geraads, Denne Reed y Jonathan G. Wynn (2006). A juvenile early hominin skeleton from Dikika, Ethiopia. Nature, pág.206
[7] Los restos de Selam se encuentran a unos escasos 10 km. de los restos de Lucy
[8] Jonathan G. Wynn, Zeresenay Alemseged, Rene Bobe, Denis Geraads, Denne Reed & Diana C. Roman (2006). Geological and palaeontological context of a Pliocene juvenile hominin at Dikika, Ethiopia. Nature. Pag. 1
[9] Sloan, C. P. (2006). El hijo del eslabon perdido. National Geographic,  pág 11.
[10]  Wong, Kate ( 2006). Lucy’s Baby. pag. 4

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